Verano 2017/2018 | Año 5 | Edición 17

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Si usted está interesado en que su nota sea publicada en esta sección, por favor escríbanos a: entrecolegas@omint.com.ar


En esta edición escriben para nosotros las licenciadas María Migali y Andrea Lardani.

 

Síndrome de Burnout y estrategias de afrontamiento

La OMS reconoce al Burnout como un grave problema. En la Argentina, el 55% de los enfermeros y 59% de los médicos presentan índices de Burnout. En la actualidad, la mayoría de los trabajos exigen máxima eficacia, en el menor tiempo posible y con los recursos disponibles. Estas demandas generan altos niveles de estrés en los trabajadores, especialmente en aquellas profesiones dedicadas al cuidado de personas en estado de necesidad o dependencia como: médicos, enfermeras, psicólogos, asistentes sociales, odontólogos, psiquiatras, entre otros.

El Síndrome de Burnout es “una respuesta de estrés crónico caracterizada por tres factores: cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal en el trabajo”. Esta definición, de Maslach y Jackson en 1982, es la más aceptada por la comunidad científica. Para su medición han desarrollado un cuestionario: el Maslach Burnout Inventory (MBI); este instrumento asume que el Burnout es un constructo compuesto por los tres factores: cansancio emocional, despersonalización y realización personal.

- La baja realización personal se caracteriza por respuestas negativas hacia uno mismo y el trabajo.
- El cansancio emocional por la pérdida progresiva de energía: la persona siente desgaste, agotamiento y fatiga, los trabajadores sienten que ya no pueden dar más de sí mismos a nivel afectivo, sus recursos están al límite.
-La despersonalización se manifiesta como irritabilidad, actitudes negativas y respuestas frías e impersonales hacia las personas (clientes, pacientes, alumnos, etc.)

¿Burnout como estado o proceso?
Existen dos perspectivas sobre el síndrome de burnout:
1) La perspectiva clínica, que lo considera como un estado al que se llega como consecuencia del estrés laboral y
2) la perspectiva psicosocial, que lo considera un proceso resultante de la interacción de variables del entorno laboral y personal.
Consideraremos aquí al burnout desde la perspectiva psicosocial, como proceso, describiendo a continuación la influencia de algunas variables individuales (sin desconocer las variables del entorno laboral, sino que simplemente no focalizaremos en ellas aquí).

Estrategias para afrontarlo y prevención
Cuando los eventos o situaciones se perciben como amenazantes o peligrosos para el propio bienestar, se desencadena el estrés y frente a este, el individuo debe responder de alguna manera. Las estrategias de afrontamiento son los esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes, que se desarrollan para manejar las demandas externas o internas que son evaluadas como excedentes o desbordadores de los recursos del individuo. Las estrategias de afrontamiento están directamente relacionadas con los recursos de que dispone la persona que sufre un evento. Se pueden mencionar los recursos psicológicos, las creencias, los valores, la motivación para hacer frente al hecho estresante, su nivel de locus de control, la capacidad para resolver problemas y los medios materiales que que dispone para encontrar una solución.

Lazarus distingue entre modos de afrontamiento centrados en la acción (también llamadas “directas”) dirigidos al problema, que buscan la resolución directa del problema, modificando el entorno y modos centrados en la emoción (indirectas) que intentan regular la respuesta emocional que surge como consecuencia de la situación que están viviendo.

Para la mayoría de los autores combinar las estrategias centradas en la acción con las centradas en la emoción, es la mejor manera de afrontar una situación estresante. En esta misma línea, los autores Pyness y Kaffy añaden dos dimensiones más: activo e inactivo; resultan así 4 tipos de estrategias:
-.Directo /activo (cuando se intenta cambiar el hecho estresante).
-. Directo /inactivo (ignorar el hecho estresante, distanciarse o evitarlo).
-. Indirecto /activo (buscar apoyo en la relación con otras personas o realizar actividades que reducirán el estrés).
-.Indirecto /inactivo (mecanismos como el consumo de sustancias para evadir el estrés).

Las estrategias de afrontamiento activas y directas dirigidas al problema, es decir, las que intentan cambiar la fuente de estrés o a sí mismos, se asocian con niveles de burnout menores que las estrategias de afrontamiento inactivas o indirectas. Algunas investigaciones han encontrado que el uso de modos de afrontamiento centrados en el problema trae aparejado mayor satisfacción en el trabajo, menor cansancio emocional y, por lo tanto, niveles inferiores de manifestaciones de burnout.

Las estrategias de afrontamiento al estrés “operan como moduladores o ‘amortiguadores’ de los estímulos estresantes, colaborando a un menor impacto sobre la salud”. Por ende, promover que los profesionales desarrollen estilos de afrontamientos funcionales y saludables podría prevenir que se origine el síndrome de burnout; o bien que no llegue a niveles elevados. Esto repercutiría en su propia calidad de vida, en la de sus pacientes, en el lugar de trabajo y en la comunidad con la cual están relacionados.

La tarea de cuidar al otro implica cuidarse a uno mismo como primera acción de salud. Un paso esencial es aumentar la toma de consciencia de los síntomas que pueden aparecer, para luego poder implementar las estrategias de afrontamiento indicadas.

A continuación se adjunta el instrumento de medición de Maslach Burnout Inventory (MBI) para una autoevaluación, que le permitirá discernir si está atravesando una situación de agotamiento profesional, el nivel del mismo y así reflexionar sobre los propios recursos para afrontarlo y, si es necesario, recurrir a un profesional para mejorar primero su calidad de vida, para luego atender las necesidades de sus pacientes.

Licenciada María Migali
M.N.: 44256
Licenciada Andrea Lardani
M.N.: 22.776
Grupo Wellness Latina

Referencias:

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