Verano  | Año 21 | Número 84
| ARTÍCULOS MÉDICOS

Terapia intensiva: cómo transitarla

Entrevista al doctor Fernando Palizas, Jefe de Servicio de Terapia Intensiva en las clínicas Bazterrica y Santa Isabel.

Cuando las comunicaciones del equipo médico de terapia intensiva al paciente y su núcleo familiar se realizan en forma clara, comprensible, con solvencia, pero sin soberbia, aseguran una buena relación médico-paciente y una contención emocional que permite al grupo sobrellevar de la mejor manera un período tan difícil.

La unidad de terapia intensiva es una sala donde reciben atención aquellos pacientes que por su estado de gravedad necesitan una atención especial. Allí se pueden encontrar tanto pacientes que fueron sometidos a cirugías complejas que requieren observación constante después de la intervención, como aquellos que pueden presentar complicaciones bruscas y necesitan una observación médica más cercana. Si bien los equipos que trabajan en estas áreas están altamente capacitados y formados por médicos terapistas, residentes y kinesiólogos, gran parte tiene que ver con el rol del personal de enfermería, cuya participación también es clave. El vínculo que forman los enfermeros con el paciente y las familias y los estímulos que estos implementen son claves para la recuperación de los pacientes. “En mi experiencia, veo que el trabajo con las familias de los pacientes se fue logrando con el tiempo e implicó un aprendizaje importante de ambas partes. Desde las clínicas en las que me desempeño, hemos ido favoreciendo la implementación de terapias intensivas abiertas donde invitamos a los familiares a mantener un contacto fluido con sus seres queridos, siempre y cuando la enfermedad lo permita”, explica el doctor Fernando Palizas, Jefe de Servicio de Terapia Intensiva en las clínicas Bazterrica y Santa Isabel.

Este cambio de paradigma se produjo de manera paulatina y con la colaboración de los médicos que evaluaron las mejoras que se producían en los pacientes. Hasta hace no menos de treinta años se consideraba que los pacientes que eran sometidos a tratamientos molestos, como la conexión a un respirador, se favorecerían con una sedación profunda ya que, se suponía, tendrían menos secuelas psicológicas posteriores. Hoy en día se considera, luego de varios estudios científicos, que aquellos pacientes que están despiertos durante los procedimientos molestos tienen menos estrés postraumático.

“Recomendamos a los familiares que les hablen, los acaricien y les traigan la música que les guste para acercarlos lo más posible a la normalidad. Esto mejora significativamente el tratamiento ya que los pacientes que están acompañados por familiares se encuentran de mejor ánimo y tienen mejoras significativas. Por ejemplo, frente a aquellos pacientes con respirador que se encuentran estables, promovemos que salgan de la cama y caminen con ayuda de sus médicos enfermeros y kinesiólogos”, explica el doctor Palizas.

“Una cuestión a destacar es la comunicación que brindan los especialistas, no solo al paciente, sino también a sus familiares. La comunicación asertiva, clara y permanente del equipo médico con el núcleo familiar del enfermo en terapia intensiva contribuye a la evolución favorable de los pacientes. En el caso de las Clínicas Bazterrica y Santa Isabel, los informes médicos son brindados a la familia dos veces por día, siempre en el mismo horario y por la misma persona. De esta manera, se construye una relación de confianza con la familia que permite la colaboración activa y permanente de los seres queridos y que contribuye a la evolución del paciente”, explica el doctor.

“En reglas generales, existe una guía sobre el acercamiento entre las partes. Esta se basa en primer lugar en que el médico encargado de realizar el informe pueda comprender que está hablando con una persona angustiada. En segundo lugar, la veracidad por parte del médico tiene que ser absoluta, ya que paciente y el familiar deben entender y creer en el profesional y en el informe. Es fundamental transmitir que el paciente internado es muy importante para el equipo terapéutico y que se cuenta con los conocimientos y los medios para su correcto tratamiento. Luego de los primeros informes, se suele comprobar que el diálogo es más fluido, y se intenta entablar una conversación para tratar de sacar al familiar y al paciente de la angustia que les genera la enfermedad y la internación en la UTI”, cierra el doctor Palizas.