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La actividad física es un factor fundamental para mantener y conservar nuestra salud. Se define como cualquier movimiento de los músculos que requiera gasto de energía. Cuando la actividad se realiza en forma programada, estructurada y repetitiva se denomina “ejercicio”.
Si no logramos alcanzar un nivel mínimo de actividad física que nos mantenga saludables, caemos en el sedentarismo, que constituye uno de los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Si bien más del 90% de las personas consideran que la actividad física es fundamental, uno de cada cinco adultos lleva una vida sedentaria.
¿Para qué y cómo ponerse en movimiento?
1. ¿Cómo evitar el sedentarismo?
El único remedio contra el sedentarismo es la actividad física. Las recomendaciones indican que hay que realizar algún ejercicio aeróbico; por ejemplo: caminar tres veces por semana durante al menos 20 minutos cada vez.
2. ¿Qué beneficios brinda el ejercicio?
Los beneficios del ejercicio están vinculados a nuestra salud física y mental. Algunos de los más importantes son:
• Disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
• Mejora de los niveles de colesterol en sangre.
• Control y prevención de la hipertensión arterial.
• Mantenimiento de un peso adecuado.
• Reducción de los niveles de azúcar en sangre.
• Fortalecimiento de músculos y articulaciones.
• Incremento de la autoestima, control del estrés y disminución de la posibilidad de depresión.
3. ¿A qué edad se puede hacer ejercicio?
No solo se puede, sino que se debe hacer ejercicio a todas las edades, adaptado al estado físico y capacidad funcional de cada persona.
No hay límite de edad y en todas las etapas el ejercicio se relaciona con una mejora de la calidad de vida. |
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4. ¿Qué debemos hacer antes de comenzar a hacer ejercicio?
Un paso fundamental antes de comenzar cualquier actividad física es efectuar una consulta médica para que el profesional evalúe si el paciente está en condiciones de hacerlo. A esto se lo denomina apto físico, y en la Ciudad de Buenos Aires es de carácter obligatorio.
Los estudios que se deben realizar en cada caso dependen de la edad de la persona, el tipo de actividad y los antecedentes de salud. La evaluación básica consiste en la realización de un electrocardiograma y la consulta médica, preferentemente con un cardiólogo.
En el caso de los niños, debe ser realizada por su pediatra.
La mayoría de las asociaciones deportivas poseen protocolos específicos para las prácticas federadas, que son obligatorios para poder competir y sirven de guía en cuanto a los estudios que deben efectuarse.
En los adultos, los estudios requeridos dependen de la evaluación puntual del médico al momento del examen. Como lineamientos generales, un electrocardiograma y una ergometría son suficientes en pacientes jóvenes que van a realizar una actividad recreativa o de mediana intensidad. Si la actividad es competitiva o de alto rendimiento se debe sumar un ecocardiograma doppler. Este mismo criterio se utiliza para personas mayores de 40 años. En caso de presentar factores de riesgo coronario y o antecedentes cardíacos se puede completar con un estudio más específico para la detección de enfermedad coronaria.
¿Para qué sirven todos estos estudios?
El objetivo fundamental de los aptos físicos es detectar patologías, fundamentalmente cardíacas, que puedan ser riesgosas para la práctica.
No todas las patologías cardíacas presentan síntomas y muchas pueden progresar de manera silente, siendo el chequeo físico la forma de poder descubrirlas. Por ejemplo, existen: la miocardiopatía hipertrófica, responsable de la mayor cantidad de muertes súbitas en atletas, la valvulopatía, la cardiopatía congénita, la enfermedad coronaria, entre otras.
La actividad física es muy importante para la salud: no demoremos más en ponernos en movimiento, pero antes es necesario visitar al médico para garantizar que todo esté bien. ¡En marcha! |