La palabra accidente significa "lesiones provocadas sin intencionalidad, que ocasionan daños a las personas y que ocurren en forma brusca o imprevista". El término tiene connotaciones que inducen a una actitud errónea para enfrentarlos y prevenirlos: se piensa que los accidentes son cosas de la fatalidad o del destino. Actualmente está claro que estos conceptos son erróneos y que todos los "accidentes" son pasibles de prevención y control.
¿Cuáles son los diferentes escenarios donde el adolescente pueda estar expuesto a accidentes de causas externas que sean evitables?
• Prevención de lesiones por causas externas
Las causas externas que pueden ocasionar una lesión al adolescente constituyen el principal factor de gravedad al que este grupo etario está expuesto; los accidentes de tránsito representan alrededor del 50% de las muertes, siendo la primera causa de muerte en ambos sexos entre los 10 y 19 años.
En cuanto a la distribución según sexo se verifican grandes diferencias que muestran que los varones son más afectados que las mujeres.
Los jóvenes conductores necesitan asesoramiento acerca de la seguridad vial y al mismo tiempo hay que insistir en la aplicación de las leyes que prohíben conducir bajo los efectos del alcohol y las sustancias psicoactivas. Es preciso definir tasas de alcoholemia más bajas para las/os adolescentes y se recomienda establecer permisos progresivos para conductores principiantes, con tolerancia cero para el alcohol al volante.
Mencionar este dato permite visibilizar una realidad, frente a la cual el rol de los adultos no debe ser de alarma sino lograr crear consciencia en las/os adolescentes sobre estos accidentes de manera que sean evitables.
Las conductas autolesivas abarcan un amplio espectro, desde la ideación suicida, la elaboración de un plan, la obtención de los medios para hacerlo, hasta la posible consumación del acto. Si bien no pueden asociarse de manera lineal y consecutiva, es fundamental considerar el riesgo que cada una de estas manifestaciones conlleva.
En la adolescencia, los cortes o autolesiones deliberadas en el cuerpo suelen ser frecuentes y no necesariamente implican riesgo suicida.
Es necesario tener presente estas conductas en la atención de adolescentes recordando que en todo momento se debe respetar su privacidad y la confidencialidad. Asimismo, es muy importante que se acuerde con el/la adolescente que se pueda convocar a una persona de su confianza para buscar el contacto con un profesional de la salud y que lo asista en el proceso de recuperación. |
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• Prevención del consumo problemático de sustancias y alcohol
El consumo de sustancias puede ser problemático para una persona cuando afecta negativamente ‒en forma ocasional o crónica‒ a una o más áreas de la persona: su salud física o mental; sus relaciones sociales (familia, pareja, amigos, trabajo, estudio) y/o sus relaciones con la ley.
Lo que resulta especialmente problemático es la pérdida del control de sí mismo o incurrir en prácticas de riesgo para uno mismo o para los demás bajo los efectos de una sustancia.
Es muy importante empezar por desnaturalizar el consumo episódico excesivo y ayudarlos a dimensionar los riesgos que conlleva esta práctica, sin juzgar o poner en riesgo la continuidad de la atención. Es fundamental establecer un vínculo de confianza y respeto entre el/la adolescente a fin de consultar con un profesional de la salud.
El alcohol es una droga psicoactiva legal, ampliamente consumida por las/los adolescentes en nuestro país. Se entiende como sustancia psicoactiva cualquiera con efectos sobre el sistema nervioso central, con la capacidad de cambiar la percepción, el estado de ánimo y/o el comportamiento. Dado que nadie es igual ante una misma sustancia, los efectos de las bebidas alcohólicas dependen de la graduación que poseen, del contexto, de las expectativas de quien las consume, del estado de ánimo y de las características psicológicas y corporales. También dependen de la cantidad que se ingiera y de otros factores como baja tolerancia, presencia de otras drogas y enfermedades preexistentes.
La prevención también es posibilitar un espacio de escucha a nuestros adolescentes donde se pregunten ¿Qué es ser adolescente en esta sociedad? ¿Qué es lo que deseo yo? ¿Qué puede pasar si lo que quiero entra en conflicto con mis amigos, con mis padres? ¿Por qué algunas veces todo parece ser tan difícil de entender? Y donde los adultos podamos escucharlos y debatir conjuntamente acerca de sus inquietudes.
Prevenir un accidente no solo significa evitar que las/os adolescentes salgan lastimados físicamente, también contempla experiencias afectivas no esperables que pueden provocar sufrimiento psíquico. Es allí donde el acompañamiento emocional de un adulto o de un profesional de la salud, en los casos que se requiera, abrirá espacios de diálogo y escucha, amortiguando así algún tropiezo que el adolescente vivencie en la búsqueda de su lugar en el mundo.
Dra. María Carpineta
M.N. 109629 |