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La atención odontológica de niños y adolescentes presenta una problemática distinta de la odontología general, dada por lo especial de los pacientes, así como por las dudas y temores que plantean sus padres o acompañantes.
En esta especialidad, es básico hacer hincapié en la prevención y en la consulta temprana como pilares de una buena salud bucal.
¿Cuándo debería ser la primera consulta?
Lo ideal es apenas aparecen los primeros dientes, para conversar con los padres acerca del cuidado de la boca del niño. Allí se establecerán los próximos controles, que variarán de acuerdo al estado bucal, sin excederse de los seis meses.
Es importante el control periódico; de esta manera el niño se va familiarizando con el ámbito del consultorio. De la misma forma, es recomendable no transmitirle temores de los adultos.
En las consultas se realizará el examen bucal, enseñanza de técnica de cepillado, medidas preventivas y un asesoramiento sobre el control de los azúcares en forma de caramelos, chicles y otras golosinas.
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También se explicará a los padres la importancia del cuidado y la conservación de los dientes deciduos (de leche) hasta su recambio por los permanentes.
Una atención temprana es primordial para ayudar a prevenir la enfermedad de caries y detectar problemas en la oclusión, los que podrán solucionarse con un tratamiento de ortopedia.
La ortopedia juega un papel fundamental en la corrección temprana de todas las maloclusiones, las que suceden cuando la mordida no está correctamente alineada.
Las primeras consultas odontológicas en niñas y niños tienen un rol preventivo efectivo y permiten crear desde edades tempranas el hábito de la visita odontológica en su vida adulta, reconociendo la importancia del cuidado bucal para tener una buena calidad de vida.
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